jueves, 15 de octubre de 2015

Al menos 22 muertos en un hospital afgano de MSF tras un ataque que EEUU mantuvo pese a ser alertado


Imagen del ataque facilitada por Médicos Sin Fronteras
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha anunciado que 22 personas han fallecido y otras 37 han resultado heridas tras un bombardeo que ha “dañado gravemente” su hospital en Kunduz, al norte de Afganistán. Según el último balance de la organización humanitaria, las víctimas mortales son 12 trabajadores de MSF y siete pacientes (entre ellos, tres niños). Los heridos son 19 personas de la organización (cinco de ellas, en estado crítico) y 18 pacientes y familiares.
“Entre las 2:08 y hasta las 3:15 de la madrugada, nuestro hospital fue golpeado por una serie de ataques aéreos en intervalos de 15 minutos“, ha denunciado Médicos sin Fronteras en un comunicado, en el que achaca el ataque a las fuerzas de la coalición de la OTAN, liderada por EEUU. Según la organización, el edificio principal del hospital “fue golpeado repetida y muy precisamente durante cada ataque aéreo, mientras los edificios circundantes no se veían afectados”.
En la nota, la organización humanitaria asegura que el mismo jueves habían proporcionado las coordenadas precisas del hospital a la coalición y a los militares afganos para evitar ataques. Fuentes de MSF aseguraban a Reuters que, anoche, su personal telefoneó a miembros de la OTAN en Kabul y a militares de Washington mientras las bombas caían sobre el hospital. Nueve minutos después de que comenzase el bombardeo, el personal de MSF telefoneó a funcionarios de la OTAN en Kabul y militares de Washington unos minutos después, según la citada fuente.
Kabul confirmaba horas después del suceso que había sido resultado de un ataque de las fuerzas estadounidenses, una hipótesis que desde el primer momento manejó la OTAN. Según la oficina del presidente afgano, Ashraf Ghani, el responsable de las fuerzas estadounidenses en Afganistán se ha disculpado ante Ghani.

‘Daños colaterales’

El Ejército de EEUU ha confirmado en un comunicado que se produjo un ataque aéreo a las 2:15, asegurando que estaba dirigido contra individuos “que estaban amenazando” a las fuerzas militares y reconociendo que “puede haber habido daños colaterales en unas instalaciones médicas cercanas”. “Reclamamos total transparencia de las fuerzas de la coalición. No podemos aceptar que esta terrible pérdida de vidas quede despachada sencillamente como ‘daños colaterales'”, respondía MSF en un comunicado.
El jefe del Pentágono, Ashton Carter, ha anunciado que está en marcha “una investigación exhaustiva en coordinación con el gobierno afgano”, aunque sin confirmar que el ataque había sido llevado a cabo por sus fuerzas: “Las fuerzas estadounidenses en apoyo de las fuerzas de seguridad afganas operaban cerca, como los talibán”.
Unas horas después, el ejército de EEUU emitía un nuevo comunicado en el que precisaba que el ataque aéreo estadounidense que pudo haber golpeado las instalaciones médicas se dirigía a insurgentes talibán que estaban atacando a militares estadounideses “en las inmediaciones” del hospital de Médicos sin Fronteras. Dos miembros de la ONG citados por The New York Times y que se encontraban en el centro en el momento del ataque aseguraban sin embargo que no se produjo ningún enfrentamiento cerca del centro y que no había talibanes en su interior, tal y como ha dicho el ejército afgano.

‘Lloro lágrimas de sangre’

“Los pacientes que no pudieron escapar murieron abrasados en sus camas”, aseguraba Heman Nagarathnam, responsable de los programas de MSF en el norte del país, en un comunicado. “Estaba en el interior del hospital. Trabajaba con otros médicos para tratar al número creciente de heridos”, explicaba a AFP el médico Shafiq Musadeq. De pronto, sobre las dos de la madrugada, “el cielo cayó sobre nuestra cabeza”. “Jamás habíamos pensado que seríamos tomados por el objetivo”, dice el médico incrédulo, explicando que escapó “milagrosamente” del bombardeo. “[Hoy] lloro lágrimas de sangre”, prosigue.

Al facilitar su primer balance de fallecidos (los nueve miembros de la organización), MSF reveló que muchos pacientes y trabajadores de MSF se encontraban en “paradero desconocido”, por lo que el número de víctimas podría aumentar a medida que se vaya aclarando lo sucedido en el “horrible” bombardeo. Así lo ha hecho en las últimas horas.
MSF condenó “en los términos más enérgicos” el ataque al hospital, que quedó “parcialmente destruido” y remarcó que habían dado las coordenadas específicas del centro sanitario a todas las partes en conflicto, incluidos los talibanes y las tropas afganas y estadounidenses.

‘Los talibanes se ocultaron en el hospital’

El Gobierno afgano ha culpado a los talibanes del bombardeo del hospital, por decidir ocultarse en él durante los choques con las tropas afganas, que contaban con apoyo aéreo estadounidense. “Fue terrible ver la pérdida de vidas de médicos de MSF (por el bombardeo), pero lamentablemente los terroristas decidieron ocultarse en el hospital”, afirmó el portavoz del Ministerio del Interior, Seddiq Seddiqi, en una rueda de prensa en Kabul.
Según el portavoz, “entre 10 y 15 terroristas se ocultaban en el hospital” esta madrugada cuando se optó por bombardear el centro, lo que causó “la muerte de todos los terroristas” y de al menos “tres médicos afganos”.
“Creemos rotundamente que los terroristas entraron en el complejo del hospital para ocultarse de las fuerzas de seguridad”, insistió Seddiqi durante su comparecencia, y señaló que todavía hay insurgentes ocultos en algunos edificios colindantes.
El portavoz explicó que los 80 miembros de MSF en el centro sanitario, “15 de ellos personal internacional”, fueron trasladados a “un lugar seguro”, y anotó que había también 105 pacientes, aunque no especificó si ellos habían sido movilizados.
“Estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para evaluar los daños y ver si hay víctimas también entre los pacientes, pero por ahora lo desconocemos al estar en medio de una investigación”, dijo Seddiqi.
El ataque tuvo lugar esta madrugada, en mitad de los combates que mantienen las fuerzas de seguridad afganas y los insurgentes talibán que el lunes tomaron la ciudad. Los enfrentamientos continúan sobre el terreno a pesar de que el ejércitorecuperó el jueves gran parte de la urbe, según anunció el gobierno afgano.
“Estamos profundamente consternados por el ataque, el asesinato de nuestro personal y de los pacientes y el alto precio que ha infligido a la asistencia sanitaria en Kunduz”, dijo Bart Janssens, director de operaciones de MSF, en un comunicado.
“La OTAN, que tiene desplegadas fuerzas especiales en Kunduz en apoyo a las tropas afganas, ha reconocido que las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo un ataque aéreo sobre la ciudad a las 2:15. El ataque ha podido haber derivado endaños colaterales en un centro médico cercano. Este incidente está siendo investigado”, señaló el portavoz de la misión de la OTAN, Brian Tribus.

Primera línea de fuego

Desde que empezó la contienda por Kunduz, MSF ha tratado a 396 heridos (al menos 59 niños) en su hospital, a pesar de que la falta de medicamentos y material médico ha empezado ya a ser dramática en una ciudad bloqueada por la violencia. Según la organización, cuando se produjo el ataque en el centro médico -el único con servicios de traumatología y cirugía en toda la región- se encontraban 105 pacientes con sus familias y más de 80 miembros del personal de MSF.
MSF ya había advertido a lo largo de la semana de que su centro se encontraba en primera línea de fuego, “con los combates justo fuera de la puerta”, y ha reclamado siempre su neutralidad en el conflicto. “Se podía escuchar el sonido de bombardeos, cohetes y aviones. Algunas balas han entrado en el hospital, incluso a través del techo de la unidad de cuidados intensivos. Pero a pesar de estar en medio de la contienda, nuestro hospital y nuestro personal han sido respetados y hemos sido capaces de continuar nuestro trabajo”, afirmó esta semana el doctor Masood Nasim, que lidera el proyecto de MSF en Kunduz, testigo directo de la lucha por el control de la ciudad.
La ofensiva para tomar Kunduz se inició el martes, un día después de que los grupos talibán se hiciesen con el control de la ciudad, su primera gran victoria desde 2001. El ejército afgano ha contado con el apoyo aéreo de la aviación estadounidense y con tropas especiales de la OTAN que acudieron a Kunduz para asesorar al ejército local.
El jueves el gobierno afgano dio por recapturada la ciudad, pero durante la jornada del viernes y esta madrugada los combates han continuado en algunos barrios, donde los talibán se han atrincherado. Según las fuerzas afganas, desde el inicio de la ofensiva han muerto más de 300 insurgentes.
Fuente: El Mundo

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