Imagen del ataque facilitada por Médicos Sin Fronteras
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha anunciado que 22
personas han fallecido y otras 37 han resultado heridas tras un
bombardeo que ha “dañado gravemente” su hospital en
Kunduz, al norte de Afganistán. Según el último balance de la organización humanitaria, las víctimas mortales son
12 trabajadores de MSF y siete pacientes (entre ellos, tres niños). Los heridos son 19 personas de la organización (cinco de ellas, en estado crítico) y 18 pacientes y familiares.
“Entre las 2:08 y hasta las 3:15 de la madrugada, nuestro hospital f
ue golpeado por una serie de ataques aéreos en intervalos de 15 minutos“,
ha denunciado Médicos sin Fronteras en un comunicado, en el que achaca
el ataque a las fuerzas de la coalición de la OTAN, liderada por EEUU.
Según la organización,
el edificio principal del hospital “fue golpeado repetida y muy precisamente durante cada ataque aéreo, mientras los edificios circundantes no se veían afectados”.
En la nota, la organización humanitaria asegura que
el mismo jueves habían proporcionado las coordenadas precisas del
hospital a la coalición y a los militares afganos para evitar ataques.
Fuentes de MSF aseguraban a Reuters que, anoche, su personal telefoneó a
miembros de la OTAN en Kabul y a militares de Washington mientras las
bombas caían sobre el hospital
. Nueve minutos después de que
comenzase el bombardeo, el personal de MSF telefoneó a funcionarios de
la OTAN en Kabul y militares de Washington unos minutos después, según la citada fuente.
Kabul confirmaba horas después del suceso que había sido resultado de
un ataque de las fuerzas estadounidenses, una hipótesis que desde el
primer momento manejó la OTAN. Según la oficina del presidente afgano,
Ashraf Ghani, el responsable de las fuerzas estadounidenses en
Afganistán se ha disculpado ante Ghani.
‘Daños colaterales’
El Ejército de
EEUU ha confirmado en un comunicado
que se produjo un ataque aéreo a las 2:15, asegurando que estaba
dirigido contra individuos “que estaban amenazando” a las fuerzas
militares y reconociendo que “
puede haber habido daños colaterales en
unas instalaciones médicas cercanas”. “Reclamamos total transparencia
de las fuerzas de la coalición. No podemos aceptar que esta terrible
pérdida de vidas quede despachada sencillamente como ‘daños
colaterales'”, respondía MSF en un comunicado.
El jefe del Pentágono, Ashton Carter, ha anunciado que está en marcha
“una investigación exhaustiva en coordinación con el gobierno afgano”,
aunque sin confirmar que el ataque había sido llevado a cabo por sus
fuerzas: “Las fuerzas estadounidenses en apoyo de las fuerzas de
seguridad afganas operaban cerca, como los talibán”.
Unas horas después, el ejército de EEUU emitía un nuevo comunicado en
el que precisaba que el ataque aéreo estadounidense que pudo haber
golpeado las instalaciones médicas
se dirigía a insurgentes talibán que estaban atacando a militares estadounideses “en las inmediaciones” del hospital
de Médicos sin Fronteras. Dos miembros de la ONG citados por The New
York Times y que se encontraban en el centro en el momento del ataque
aseguraban sin embargo que no se produjo ningún enfrentamiento cerca del
centro y que no había talibanes en su interior, tal y como ha dicho el
ejército afgano.
‘Lloro lágrimas de sangre’
“Los pacientes que no pudieron escapar murieron abrasados en sus camas”,
aseguraba Heman Nagarathnam, responsable de los programas de MSF en el
norte del país, en un comunicado. “Estaba en el interior del hospital.
Trabajaba con otros médicos para tratar al número creciente de heridos”,
explicaba a AFP el médico Shafiq Musadeq. De pronto, sobre las dos de
la madrugada, “el cielo cayó sobre nuestra cabeza”. “Jamás habíamos
pensado que seríamos tomados por el objetivo”, dice el médico incrédulo,
explicando que escapó “milagrosamente” del bombardeo. “
[Hoy] lloro lágrimas de sangre”, prosigue.
Al facilitar su primer balance de fallecidos (los nueve miembros de
la organización), MSF reveló que muchos pacientes y trabajadores de MSF
se encontraban en “paradero desconocido”, por lo que el número de
víctimas podría aumentar a medida que se vaya aclarando lo sucedido en
el “horrible” bombardeo. Así lo ha hecho en las últimas horas.
MSF condenó “en los términos más enérgicos” el ataque al hospital, que quedó “parcialmente destruido” y remarcó que
habían dado las coordenadas específicas del centro sanitario a todas las partes en conflicto, incluidos los talibanes y las tropas afganas y estadounidenses.
‘Los talibanes se ocultaron en el hospital’
El Gobierno afgano ha culpado a los talibanes del
bombardeo del hospital, por decidir ocultarse en él durante los choques
con las tropas afganas, que contaban con apoyo aéreo estadounidense.
“Fue terrible ver la pérdida de vidas de médicos de MSF (por el
bombardeo), pero lamentablemente los terroristas
decidieron ocultarse en el hospital”, afirmó el portavoz del Ministerio del Interior, Seddiq Seddiqi, en una rueda de prensa en Kabul.
Según el portavoz, “entre 10 y 15 terroristas se ocultaban en el
hospital” esta madrugada cuando se optó por bombardear el centro, lo que
causó “la muerte de todos los terroristas” y de al menos “tres médicos
afganos”.
“Creemos rotundamente que los terroristas entraron en el complejo del
hospital para ocultarse de las fuerzas de seguridad”, insistió Seddiqi
durante su comparecencia, y señaló que todavía hay insurgentes ocultos
en algunos edificios colindantes.
El portavoz explicó que los 80 miembros de MSF en el centro sanitario, “15 de ellos personal internacional”,
fueron trasladados a “un lugar seguro”, y anotó que había también 105 pacientes, aunque no especificó si ellos habían sido movilizados.
“Estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para evaluar los
daños y ver si hay víctimas también entre los pacientes, pero por ahora
lo desconocemos al estar en medio de una investigación”, dijo Seddiqi.
El ataque tuvo lugar esta madrugada, en mitad de los combates que
mantienen las fuerzas de seguridad afganas y los insurgentes talibán que
el lunes tomaron la ciudad. Los enfrentamientos continúan sobre el terreno a pesar de que el ejército
recuperó el jueves gran parte de la urbe, según anunció el gobierno afgano.
“Estamos profundamente consternados por el ataque,
el asesinato de nuestro personal y de los pacientes y el alto precio que
ha infligido a la asistencia sanitaria en Kunduz”, dijo Bart Janssens,
director de operaciones de MSF, en un comunicado.
“La OTAN, que tiene desplegadas fuerzas especiales en Kunduz en apoyo
a las tropas afganas, ha reconocido que las fuerzas estadounidenses
llevaron a cabo un ataque aéreo sobre la ciudad a las 2:15. El ataque ha
podido haber derivado en
daños colaterales en un centro médico cercano. Este incidente está siendo investigado”, señaló el portavoz de la misión de la OTAN, Brian Tribus.
Primera línea de fuego
Desde que empezó la
contienda por Kunduz,
MSF ha tratado a 396 heridos (al menos 59 niños) en su hospital,
a pesar de que la falta de medicamentos y material médico ha empezado
ya a ser dramática en una ciudad bloqueada por la violencia. Según la
organización, cuando se produjo el ataque en el centro médico -el único
con servicios de traumatología y cirugía en toda la región- se
encontraban 105 pacientes con sus familias y más de 80 miembros del
personal de MSF.
MSF ya había advertido a lo largo de la semana de que su centro se
encontraba en primera línea de fuego, “con los combates justo fuera de
la puerta”, y ha reclamado siempre su neutralidad en el conflicto. “Se
podía escuchar el sonido de bombardeos, cohetes y aviones. Algunas balas
han entrado en el hospital, incluso a través del techo de la unidad de
cuidados intensivos. Pero a pesar de estar en medio de la contienda,
nuestro hospital y nuestro personal han sido respetados y hemos sido
capaces de continuar nuestro trabajo”, afirmó esta semana el doctor
Masood Nasim, que lidera el proyecto de MSF en Kunduz, testigo directo
de la lucha por el control de la ciudad.
La ofensiva para tomar Kunduz se inició el martes, un día después de
que los grupos talibán se hiciesen con el control de la ciudad,
su primera gran victoria desde 2001.
El ejército afgano ha contado con el apoyo aéreo de la aviación
estadounidense y con tropas especiales de la OTAN que acudieron a Kunduz
para asesorar al ejército local.
El jueves el gobierno afgano dio por recapturada la ciudad, pero
durante la jornada del viernes y esta madrugada los combates han
continuado en algunos barrios, donde los talibán se han atrincherado.
Según las fuerzas afganas, desde el inicio de la ofensiva han muerto más
de 300 insurgentes.
Fuente: El Mundo